Desde hace mucho tiempo, los veterinarios utilizamos en Uruguay los extractos de Baccharis coridifolia Compositae para frenar el crecimiento de los sobrehuesos, o sea la exóstosis de los miembros de los equinos.
En la bibliografía más clásica, se sugería que dicha actividad contrairritante se debía a las resinas que contiene la planta que actúan como agentes contrairritantes, produciendo, por una vía cáustica, la necrosis o muerte de los tejidos en la zona tratada.
Las observaciones clínicas de la acción de los extractos de Baccharis coridifolia nos motivaron a comenzar a trabajar en 1991 en soluciones hidroalcohólicas para tratar de dominar el desarrollo de neoplasias de origen epitelial.
En 1993, ya eran muchos los animales en los que habíamos detectado la acción antitumoral relacionada con la utilización de extractos de Baccharis coridifolia. Por ese entonces, creíamos que la acción antitumoral podía deberse a las sustancias resinosas de la planta, pero la duda se presentó cuando, examinando con mayor detenimiento, descubrimos hongos en los tallos de Baccharis coridifolia Compositae.